
Calidad humana para la fidelización de tus pacientes
El fin de semana pasado estaba a punto de salir a una fiesta familiar, y cuando estábamos por arrancar el auto, pregunté -¿Ya llevan el regalo?-, al escuchar el no, sentí un frío de esos que te recorren el cuerpo, porque al buscar las llaves en mi bolsa no las encontré por ningún lado, entonces muy enojada fui a buscar un cerrajero, iba pensando en lo tarde que ya era, ¿En dónde iba a encontrar un cerrajero en sábado?, ¿Cuánto me iba a cobrar? en fin, mil cosas.
No muy lejos encontré a una chica en una cerrajería y para no hacerte el cuento largo, al llegar a la casa en unos cuantos minutos logro abrir la puerta, sentí un gran alivio, más tranquila le di las gracias a la cerrajera y le dije que esto siempre es muy estresante cuando las cosas se te salen de lo planeado, ella me indicó que en su trabajo siempre ha sido así, ya que las personas llegan de muy mal humor, con enojo, coraje o desesperación, porque por lo general siempre son situaciones imprevistas.
Después de este mal rato cuando íbamos camino a la fiesta, asocié esta escena a lo que frecuentemente pasan tus pacientes cuando van a solicitar sus exámenes, por qué la mayoría de las ocasiones se trata de personas que llevan orden médica para descartar alguna enfermedad grave o incluso mortal, éstos probablemente no te saludan, quizá en algunas ocasiones parecieran que son personas antipáticas o incluso desagradables, pero tal vez no nos hemos puesto en su lugar, ya que son personas como tú y como yo, que necesitamos una palabra de aliento, un trato excepcional en esos momentos en los que pareciera que las horas se van más despacio.
La importancia del trato del personal hacia el paciente, es cuestión de calidad humana por encima de todo, la sonrisa, amabilidad y una buena actitud harán que esas personas se olviden por un momento de la enfermedad que puedan padecer.
En juntas anteriores hemos visto cómo es importante motivar al compañero de trabajo para que pueda generar empatía con el paciente, desde tomas en bebés, donde el principal factor de preocupación es la mamá; ya que muchas veces es primeriza y a cualquier señal de llanto del bebé, piensa que estas lastimándolo y quisiera evitar ese dolor.
O tal vez de un pequeño de 4 a 9 años, que no lo mantienes quieto y cuando siente la aguja lo primero que hace es mover el brazo, ¿Qué técnicas utilizarías para inmovilizar por unos cuantos instantes?
O ¿Qué tal de aquellos adolescentes que le tienen miedo a la aguja?
Las personas que más te visitan son generalmente adultos entre los 50 y 80 años, la mayor parte de las veces la mejor atención que les brindas es cuando los escuchas, son personas que tienen mucho para platicar y al dedicarles estos minutitos (aunque contados), se van felices y listos para regresar nuevamente cuando lo necesiten.
¡Piénsalo!, para hacer la diferencia con cualquier otro laboratorio no necesitas mucho, ten en cuenta que la principal razón de la creación de este servicio es un diagnóstico certero y calidad humana ante cualquier cosa.
Te invito a reflexionar y sobre todo, a capacitar a tu personal en el área de relaciones interpersonales y atención al cliente, ya que ellos son la cara de tu servicio.
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Buenos días: Me parece muy atinado tocar este tipo de temas estoy totalmente de acuerdo que el personal de salud debe ser empático con los pacientes ya que cada uno está viviendo sus propias batallas y muchas veces una sonrisa un gesto amable los hace sentir mejor. Es primordial ponerse en los zapatos del otro antes de engarcharnos.
Muchas gracias Ana Luz por tu retroalimentación, efectivamente debido a la rutina llegamos a dejar a un lado el trato amable del paciente, sin embargo podemos mejorar siempre y sobre todo si ustedes platican con su personal y hacen conciencia del tema. Saludos!
Me gustó tu artículo, tienes razón el atender al paciente y hacerlo sentir importante y regalarle una sonrisa
Gracias por sus comentarios!!